Aunque a veces no recuerdes el nombre de alguien, seguro que la cara te suena de algo y es que en lo que al reconocimiento de rostros se refiere, nuestro cerebro es un gran experto. Algunos ordenadores también tienen la capacidad de reconocer a viejos amigos de la escuela analizando fotos. Este funcionamiento se asimila a nuestra memoria a largo plazo.